lunes, 13 de diciembre de 2010

Corrientes internas y soberanía nacional

Participar en política lo hacemos diariamente, aunque nos confesemos apolíticos, aunque no vayamos a votar ni seamos militantes o simpatizantes de esta o aquella formación, movimiento, partido o asociación. El hecho de vivir en sociedad, relacionándonos todos los días con otras personas en el trabajo, al hacer la compra, o, simplemente, viendo la tele en casa es, de alguna manera, participar en la política. Y lo contrario, convertirse uno en eremita o anacoreta (antiguos hippies) y vivir alejado de todos, también, pues aunque no tengas contacto con la sociedad el mero ejemplo o noticia de ello tiene ciertas connotaciones de opción política y puede tener consecuencias en la vida de otras personas.

La política lo impregna todo y afecta hasta las cuestiones mas personales e intimas, imagínense que en algunos estados de los Estados Unidos de Norteamérica hasta se ha llegado a legislar sobre las relaciones maritales, normalmente prohibiendo determinadas prácticas sexuales, lo cual no deja de ser una cuestión afectada por la política, cuando se debatió en el congreso del estado y cuando se vulnera, en la cama, por los ciudadanos y ciudadanas de ese estado en los momentos en que están movidos de ciegas y delictivas pasiones. Bueno, cosas del integrismo religioso yanqui.

Pero cuando a alguien se le ocurre participar activamente en la política, afiliarse a un partido, presentarse o pegar carteles de este o aquel partido en unas elecciones, ejercer el derecho al voto, etcétera, da un paso mas. En cierta manera acepta y legitima no sólo a un candidato, una situación, un régimen político, sino al mismo partido o movimiento al que se afilia, al que vota, por el que se presenta o con el que simpatiza.

Y aquí se produce una situación compleja, que da lugar a una pregunta: ¿están los afiliados, militantes, simpatizantes, votantes y candidatos de los partidos de acuerdo con TODO lo que propugna el partido en su programa electoral, en sus estatutos o en sus documentos de objetivos estratégicos y tácticos, etcétera? La respuesta desde mi punto de vista es que no, o sea, la gente no estará de acuerdo siempre al cien por cien, resulta casi matemáticamente imposible, salvo que estemos hablando de una secta mesiánica donde todos, sin exclusión, lo aceptan todo normalmente sin preguntarse nada. La mayoría de las personas estarán de acuerdo con una mayoría de los principios que animan al partido y aceptarán una mayoría de las tácticas que desarrolla el partido, pero lo normal es que se discrepe en algo. Si no, no se entenderían las pugnas entre facciones para hacerse con el control de las ejecutivas a todos los niveles, ni las elecciones primarias, ni los congresos y asambleas, etcétera.

Lo normal es que se esté de acuerdo con unos principios muy generales, que dictarán una línea de conducta de la organización y que serán la base de sus programas y de la acción política resultante. Por eso a mi me resulta chocante que haya miembros del PSOE que se declaran católicos, por ejemplo, cuando el partido propugna el matrimonio homosexual, el uso de los preservativos o una reducción de los plazos y una ampliación de las causa de aborto voluntario. ¿No se produce una colisión entre las creencias mas importantes de una persona, las religiosas, y la intención del partido? O sea, ¿no están cometiendo, en definitiva, un pecado mortal estos católicos? Bueno, allá ellos, no es el objeto de este opúsculo tratar esa cuestión concreta.

Pero queda claro que cuando uno participa en un partido político debe aceptar algunas cosas con las que no estará del todo de acuerdo, aunque sí en lo básico y fundamental, y por eso, dentro de los partidos existen las corrientes internas.

En algunos partidos las corrientes internas están organizadas como tales, y aceptadas por la organización del partido, tienen su representación en los órganos de dirección y todo. En otros no están tan organizadas, pero se forman alrededor de uno o varios de los líderes del partido o en una región determinada, pero aunque no estén reconocidas son aceptadas como manifestación de la pluralidad y del reconocimiento del partido a la libre concurrencia de pareceres, eso sí, dentro de los límites que fijan el programa, los estatutos y demás, o sea, sin salirse del plato, algo lógico, por otro lado.

Ahora, lo que yo no entiendo es que se milite en un partido con el que se esté en contra de los objetivos estratégicos, me parece raro, extraño, no se exactamente cómo definirlo.

Volvamos al ejemplo del PSOE y los católicos, en realidad hay un conflicto moral que afectará sólo a estos, deben obediencia al Papa, su jefe religioso, y aceptan el riesgo del pecado obedeciendo las decisiones, que no les gustan, tomadas de forma democrática dentro del partido, se supone porque están de acuerdo con el resto. Pero imaginemos (ad absurdum) que además de creer que el mundo fue hecho en seis días, en la virginidad de la madre de Jesús, en la transustanciación y en los demás dogmas de la iglesia católica, que los católicos crean que la forma política del Estado debe ser la dictadura unipersonal de un militar. Esto estaría en contra frontalmente, de los principios programáticos del PSOE, que son democráticos, o al menos eso dicen. No sería lógico que los católicos militaran y tuvieran cargos de responsabilidad en el PSOE, seguro que muchos de ellos estarían en partidos que proponen la dictadura como forma política del Estado y no en el PSOE. Y desde luego no creo que el PSOE permitiera, en absoluto, una corriente dentro de su partido con tales presupuestos.

Por eso me causa tanta extrañeza que exista en Coalición Canaria una corriente independentista, que plantea como objetivo la soberanía nacional. Me da que, o la corriente, o la misma estructura dirigente de CC está confundida, despistada.... ¿que pintan unos independentistas en Coalición Canaria?

Porque el ejercicio de la “soberanía nacional” no tiene otra interpretación que la independencia.

Si analizamos la propuesta política de Coalición Canaria veremos que después de mucho rollo de cotas de auto gobierno y nuestra cultura y tal, se hace referencia, como si nada, a “asumir las mayores cotas competenciales constitucionalmente establecidas” Lo cual quiere decir, para el que no lo entienda, que de independencia, de soberanía nacional canaria, nada de nada.

Bueno, siempre se puede decir que es un programa, y que también se habla de reformar la Constitución Española..... sinceramente, pero de verdad, sinceramente: ¿ustedes se creen que la Constitución Española se modificará para permitir la secesión de Canarias? ¿O para montar una especie de Estado libre-asociado con España?....

Vale eso es lo que está en los programas, en los documentos, etcétera, ¿pero es que Coalición Canaria ha hecho algo para conseguir esa emancipación política?, ¿para conseguir mas auto gobierno?, me refiero a algo que no sean cantos al sol, de nada vale pedir competencias en política internacional, como si las piden en defensa, eso es competencia exclusiva del Estado (del Estado Español, en este caso). De nada sirve el hablar de “aguas canarias” (no me refiero a las de Firgas ni el Pinalito) porque no las hay, en todo caso serán aguas españolas, si el gran hermano se lo permite, pues me imagino a la VI flota pasando entre Gran Canaria y Tenerife y la marina española, con bandera de combate entregada por la esposa del presidente de Canarias, de Coalición Canaria, bien amarradita en la base naval, no sea que la resaca...

En las últimas declaraciones que oí esta mañana de uno de los líderes significativos de Coalición Canaria, el ex consejero de Economía y Hacienda y ahora Diputado José Miguel González Hernández, hablaba de mas competencias, si, pero claramente y muy rotundamente, nada de independencia. El gran estadista alemán Bismark dijo aquello de que “la política es el arte de lo posible” los de la corriente soberanista en Coalición Canaria no están en política.

Creo que en Canarias ya hace bastante tiempo que se juega con los sentimientos del pueblo, muchos se han puesto la etiqueta de “nacionalista” pues el objetivo era medrar políticamente. Aun recuerdo aquel ayer... digo, cuando se planteaba por algunos, muy de izquierdas, que la autonomía era un paso previo a la autodeterminación y terminaron coaligados con los mas caciquiles y derechistas del espectro político español en las instituciones “porque había que estar en las instituciones” y me temo que el que se hable ahora de “soberanía nacional” desde Coalición Canaria no es mas que el intento por seguir aprovechando el sentimiento nacionalista para seguir “en las instituciones”...

Veremos que hacen si logran ganar algún escaño o sillón en las próximas elecciones, tragarán sapos y ruedas de molino pues seguro que jurarán o prometerán lealtad al Rey de España y cumplir y hacer cumplir la Constitución y las demás Leyes del Estado... y luego nos van a venir con la soberanía nacional canaria....

Mire, cristiano, píquemelo menuito que lo quiero pa la cachimba.

http://www.coalicioncanaria.org/web_2010/1.php