sábado, 20 de marzo de 2010

Libertad

Ayer viernes el Gobierno aprobó el proyecto de "Ley de economía sostenible" en una nueva crisis de apresuramiento, miedo al "coco" y falta de rigor normativo,  pues pretende regular cosas tan dispares como las finanzas públicas, la competitividad de las empresas, el ahorro energético, la educación, etcétera. 

En ella se incluye la "Ley Sinde" que permitirá a un órgano administrativo cerrar páginas web si considera que vulneran el derecho a la propiedad intelectual, ciertamente lo tendrán que someter previamente a un Juez, pero en un procedimiento abreviadísimo que, desde mi humilde punto de vista, garantiza poco un derecho fundamental como es la libertad de expresión. Esto, además de no parecer muy constitucional, lo cual no me importa mucho, es un atentado a las libertades individuales. Es como si pudieran cerrar un periódico o un canal de tv por publicar la letra de una canción o un libreto de una obra de teatro, sin pagar a la SGAE los derechos de autor... un exceso.

Como estoy en contra aquí dejo un manifiesto, que suscribo:





  

martes, 16 de marzo de 2010

La publicidad de la Cámara de Comercio

La Cámara de Comercio es un organismo que agrupa obligatoriamente a todos los empresarios, comerciantes y prestadores de servicios, exceptuando a los profesionales que se encuadran en los correspondientes Colegios (no las sociedades de profesionales, que por su carácter mercantil sí deben pertenecer a la Cámara). http://noticias.juridicas.com/base_datos/Admin/l3-1993.html

Resulta curioso que la Cámara haga publicidad de una u otra actividad comercial. La última que he oído, por la radio, es la que se refiere al comercio minorista, un mensaje para que hagas la compra en el comercio de tu ciudad o de tu barrio. Y resulta curioso porque si la Cámara agrupa obligatoriamente a todos los comerciantes, es de suponer que pronto veremos u oiremos la publicidad de los grandes centros comerciales o de las cadenas de descuento duro o de las tiendas por internet, o es que estas entidades no son “electores” a la Cámara de Comercio.

Resulta aún mas curioso que esta campaña coincida con la apertura en Gran Canaria de una cadena de tiendas de descuento duro, después de pasar por diversos avatares para poder abrir (nada que ver con la película).

Realmente, para qué sirve la Cámara de Comercio, es lo que me preguntan muchos clientes cuando les llega el recibo de las cuotas que hay que pagar a esa corporación de derecho público, y sinceramente me cuesta contestarles, “dura lex sed lex” es lo único que se me ocurre decirles, dadas las sentencias que han recaído sobre ese asunto, la sensación que queda es pagar para nada.

Y ya que hablamos de las cuotas que paga cada empresa a la Cámara nos encontramos con la “curiosidad” de una contribución proporcional a los ingresos pero inversa, o sea: si ganas mas, pagas menos. Cualquiera que analice las tablas se dará cuenta de ello.

Por último la ventanilla única. Se que me podrán criticar el ser parte interesada, pero por eso mismo me parece inaceptable que la Cámara, a la cual contribuyo a mantener, me haga la competencia “asesorando” a los emprendedores que quieren iniciar una actividad económica.

Pero crear una empresa no es como pedir un perro caliente en un restaurante de comida rápida, de hecho los restaurantes de comida rápida no se distinguen precisamente por la calidad. El asesoramiento consiste en estudiar las necesidades y perspectivas del emprendedor desde varios puntos de vista: jurídico, económico, comercial, tributario, laboral... con calma, considerando todas las variables posibles: mas parecido a un dietista que a una hamburguesería y, claro, así nos llegan después al despacho.

La Cámara de Comercio es un organismo anacrónico, que supone un atentado a la libertad de asociación reconocido en la Constitución, con unos sistemas de financiación injustos y que posiblemente vulnere los principios de libertad de comercio establecidos en la Constitución Española y en la Unión Europea, por la adscripción obligatoria, por la forma de financiación y por sus actuaciones, como en el caso de la publicidad antes relatada, con desprecio hacia los intereses comerciales de sus electores.